Naturaleza en estado puro


Pocos son los que bajan a disfrutar de estas playas en los acantilados de Loiba Ortigueira,
el pronunciado desnivel hace pensárselo dos veces antes de intentarlo.
Abajo hay sorpresas aunque la luz no acompañe, enormes pedruscos serpentean por los arenales, formaciones rocosas con veteados de diferentes colores, además de las algas rojas típicas en este entorno.
Por el sendero que nos trae hasta aquí se dice que las lugareñas transitan unos cuantos días del año para recolectar dicha alga apreciada en el mercado, hecha la recolección son burros los que la transportan.

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